sábado, 22 de noviembre de 2008

En el ecuador de dos viajes

Quito, 22 de noviembre de 2008

Se me hace extraño comenzar un nuevo post sin tener en mi cuaderno el borrador de lo que voy a escribir. Simplemente voy a improvisar y a cambiar mis habituales escritos pseudo-culturales y a hacer de Carlos, es decir, contar lo que sucede en el dìa a dìa o, al menos, aproximarme a ello. A partir de ahora tendrè que doblarme y escribir por los dos en Sudamèrica aunque espero que èl continùe con la otra parte del viaje, el que comienza con la vuelta a casa y si bien quizà no es tan fìsico, seguro que tiene mucho de mental y analìtico. Eso sì, para los que estàis tan contentos de que Carlos haya vuelto: yo soy un negado tecnològico y no tengo previsto hacer un master para aprender a colgar fotos en internet asì que no habrà fotos a partir de ahora. ¡Hala para que le echèis de menos un poco en Sudamèrica¡.

La marcha de Carlos supuso lògicamente un cambio radical en el viaje aunque no me he quedado solo. He buscado un nuevo compañero, en este caso una chica, Cote, que conocì en San Pedro de Atacama, Chile. Me parece aùn màs extraño que escribir sin borrador el decir que somos novios desde junio, y como toda relaciòn a distancia, se sustentaba en fugaces visitas a San Pedro y en frecuentes emails que a duras penas cerraban la brecha de la distancia. Sin embargo, a partir de ahora, y como tenìa con Carlos aunque con algunos matices distintos, convivimos 24 horas juntos y tenemos previsto completar el programa del viaje: Colombia, Venezuela, Brasil, Paraguay y norte de Argentina.

Hoy 22 de noviembre estamos en nuestro penùltimo dìa en Ecuador, un paìs que pese a la imagen de pobreza que puede reflejar en España la masa de inmigrantes que abandonan su paìs por buscar un futuro mejor en el nuestro, a mì me ha parecido casi el primer mundo en contraste con los precedentes: Perù y Bolivia. Las casas no exhalan miseria, las tejas han sustituido a los tejados de calamina, la suciedad de las calles ha encogido notablemente, la gente parece màs culta, los mercados se acercan al ideal de higiene y salubridad y se respira un cierto orden general.

Ecuador es un paìs de una enorme diversidad. Costa, sierra y selva dividen el paìs en tres franjas bien diferenciadas de las que hemos visitado las dos màs pobladas: la costa y la sierra, simbolizadas por sus dos grandes ciudades, representantes encontradas de caracteres, mentalidades e ideologìas: Guayaquil y Quito. Liberalismo y conservadurismo tradicionales; el desorden y la alegrìa de los costeños o "monos" y la seriedad laboriosa de los "longos" o serranos. Màs allà de las diferencias reales, la identificaciòn con la una o la otra es la excusa para mantener viva la perenne rivalidad vecinal.

De Quito, me quedo con la belleza colonial de su centro històrico, con los Andes verdes asomàndose a su larga y estrecha silueta, su niebla amenazando con descender por las laderas y envolverla en las tinieblas y con un agradable reencuentro, el de mi amigo Carlos Abellàn, ex-ciclista profesional con el que he coincidido por estas latitudes despuès de participar èl en una carrera ciclista en Costa Rica.

De igual manera que en el amor, en donde el aspecto fìsico no es suficiente para enamorar, en el turismo la estètica no es el ùnico requisito para que te agrade una ciudad. En Guayaquil, menos pomposa en su arquitectura que Quito aunque igualmente con sus encantos, fue donde me sentì màs agusto, màs integrado en la cultura ecuatoriana y de donde me llevo el mejor recuerdo. En un pueblecito costero conocì a tres guayaquileños que hicieron de guìas turìsticos y de anfitriones con una hospitalidad que me dejò aturdido. Sin apenas conocerme, me trataron como al mejor de sus amigos, me invitaron a dormir a su casa, me presentaron a sus amigos y me hicieron sentirme un ecuatoriano de toda la vida.

Ademàs de Guayaquil y Quito, quiero destacar la ciudad de Cuenca, Patrimonio Cultural de la Humanidad y que me sorprendiò por su conjunciòn de belleza natural y su refinamiento colonial. De las vastas montañas verdes en las que prolifera el ganado descienden tres rìos que atraviesan Cuenca dàndole un toque alpino que contrasta con su condiciòn de tercera ciudad de Ecuador. Las casas de dos plantas con balcones de madera y tejados de teja anaranjada, ademàs de sus infalibles iglesias le han permitido obtener ese distinguido tìtulo.

Una de las cosas que me ha sorprendido màs de Ecuador es el genocidio de transeùntes que se produce cuando anochece. Las calles de las grandes ciudades quedan desiertas como si se hubiese decretado el toque de queda y entonces cualquier ruido o viandante se convierte en una posible amenaza, con lo que uno camina algo acojonado por las calles, con los cinco sentidos puestos en cada esquina o en el cada rincòn.

Este post lo he terminado en dos dìas y desde que escribì el 22 de noviembre hemos pasado a Colombia. No adelantarè nada asì que sòlo dirè que estamos en Cali, capital de la salsa.

Pablo

martes, 18 de noviembre de 2008

Al son de un Tango

Buenos Aires, 18 de noviembre de 2008

Huyendo de los calurosos Buenos Aires, testigo de nuestra llegada como potenciales mochileros hace ya 8 meses, con la música de tango aún resonando en mi cabeza y las imagenes de un gran expectáculo de tango que perduraran por un tiempo en mi retina, al son del famoso "Volver" de Gardel empaqueto todos mis avalorios en este pequeño gran armario que siempre me da la espalda pero que me ha acompañado hasta el final.

Ahora llega el momento de volver la vista atrás y empezar la otra parte del viaje, la del recuerdo, las anécdotas, la de contar lo que has vivido. Quizás esta sea una de las partes más bonitas del viaje porque todo se recuerda con una añoranza especial que hasta lo malo lo transforma en algo único, porque al fin y al cabo forma parte del entramado de experiencias que conforman este gran viaje.

Las últimas semanas del viaje han sido muy bonitas y emotivas. El viaje en barco por el Amazonas hasta la ciudad de Iquitos, el paseo por Guayaquil o la fiesta de Montañita, todos estos lugares estaban marcados por la inminente despedida y es por ello que quizás guardo un recuerdo especial de todos estos lugares. La cara de tontos que teníamos Pablo y yo en el aeropuerto cuando nos decíamos adios, mientras poníamos punto y final a nuestro primer gran sueño juntos, es una de las instantaneas que siempre guardaré en mi retina.

Separados e iniciada nuestra nueva andadura yo marché a Buenos Aires para poder ir a ver desde allí otra de las grandes maravillas sudamericanas: Las Cataratas del Iguazú. Ya empiezo a perder la cuenta de los paisajes espectaculares por los que he pasado en los últimos meses, y es que estos países son inmensamente ricos en recursos y bellezas naturales.

Las Cataratas no me decepcionaron ni lo más mínimo, al contrario, me fascinaron. Tuve suerte de llegar en uno de los momentos en los que más agua traía el río por lo que la vista era todavía más impresionante. Desde un mirador del lado brasileño pude ver como el río, de hasta 2 kilometros de distancia de orilla a orilla, se precipitaba sobre una caída de hasta 80 metros, provocando un ruido ensordecedor. Desde otros miradores pude prácticamente estar debajo de las cataratas y sentir, a tan sólo unos metros, la violencia del agua al golpear con el suelo.

Hábiendo puesto un tick en la última cosa de mi lista: "cosas que no puedo dejar sin ver", y después de sumergirme de nuevo durante 10 días en la frenética vida de esta ciudad que me encanta "Mi Buenos Aires querido" (asados, alfajores, tangos, fiesta y muchísisma vida), doy por concluido este paseo de un puñado de meses por una Sudamérica a la que sólo le quitaría la violencia, casi todo lo demás me fascina, y ya descuento las horas que faltan para que mañana, desde mi avioncito baratillo de Air Comet, sobrevuele el sucio río de la Plata y empiecen a sobrevolar por mi cabeza todas las instantaneas con las que resumiré este viaje.

Pablo, por su parte, ha seguido su andadura por el sur de Ecuador. Sus últimos destinos fueron Guayaquil, Vilcabamba y Cuenca, y ahora mismo, cambiando el rumbo hacia el norte, debe estar haciendo su entrada triunfal por las calles de la capital: Quito.

Carlos

Pd: para los que quieran, podeis disfrutar de las fotos de las Catartas en el álbum de fotos llamado: Cataratas de Iguazú.

domingo, 9 de noviembre de 2008

Fotos para aburrir

Buenos aires, 9 de septiembre de 2008

Últimamente hemos recibido muchas presiones vía mail o vía messenger de que no actualizamos el blog. Lo cierto es que las últimas semanas han sido una contrarreloj, teníamos que llegar a Iquitos, que es una ciudad que se encuentra en Perú en medio de la selva a la que sólo se puede acceder por barco o por aire (como dije en la última entrada que escribí), y después salir de allí con el tiempo suficiente para llegar a Ecuador, en donde habíamos quedado con unos amigos y donde tenía que coger mi vuelo hasta Buenos Aires. Hemos pasado un total de 7 días en un barco y otros 4 ó 5 días en autobuses, lo que no deja tiempo material para ponerse a pensar en escribir cositas en el blog.

Además también me han insinuado que si me he olvidado la contraseña del blog de fotos o algo así. No penseis que desde que decidí que volvía a España abandoné mis tareas, el problema ha sido que con las prisas, la mano rota tras el atraco y las malas conexiones que hemos tenido ha sido imposible subir ninguna foto. Pero ya por fin al llegar a Buenos Aires me puse las pilas y con un buen ordenador y mucha paciencia he recuperado el tiempo perdido. He actualizado los álbumes de fotos con 11 nuevos álbumes, necesitareis mucha paciencia para poder verlas todas.

Los nuevos álbumes son:
- Ayacucho, Perú.
- Oasis de Huacachina, Ica, Perú.
- Cómo se elabora el Pisco.
- Península de Paracas, Pisco, Perú.
- Lima.
- Huaraz, Perú.
- Trujillo, Huanchaco y Máncora, Perú.
- Viaje por el Amazonas, Perú. (recomiendo verlas en modo presentación porque los paisajes merecen la pena).
- Iquitos, Perú.
- Reserva natural de Quistococha, Iquitos, Perú.
- Montañita, Ecuador.

Espero que con paciencia los mireis y no se queden ahi sin ninguna visita. En breve también actualizaremos el blog, no se si con las historias personales que cuento yo o con las historietas culturales de Pablo.

Carlos