miércoles, 10 de diciembre de 2008

Viajando para terminar de viajar

Madrid, España, 10 de diciembre de 2008

De Buenos Aires a Madrid, paso fugaz por casa, "hijo mío por fín!!, qué delgado estás, vaya ropas más asquerosuchas llevas últimamente", unos cuantos reencuentros (grande la fiesta sorpresa que me hicieron en casa de Tabor, no podía esperar mejor recibimiento) y de nuevo me veo subido en un avión, próximo destino: Madeira, qué mejor lugar para poner el broche de oro a toda una etapa de mochilero.

Muchos me han tachado de ser un jeta, algunos me han echado en cara que si venía a Madrid porque me había cansado de viajar qué hacía de nuevo subiéndome a un avión y cargando una nueva maleta. Pero siguiendo el lema del blog, muy arraigado en mi interior: "HACEMOS LO QUE QUEREMOS", me permití el lujo de terminar mi viaje viajando, como debe ser.

Madeira ha sido un paraíso: playa, montaña, fiesta y precios baratos, qué más se le podía pedir. El plan que nos organizó Rodrigo, nuestro gran anfitrión que esta allí estudiando un erasmus, unido a nuestro espíritu aventurero y a la sumisión de Pascu para hacer lo que mandara la democracia hizo que exprimiéramos al máximo la semana.

Muchos os llevaréis preguntando unas cuantas lineas ¿¿ el blog no se llama Efecto Coriolis, no iba de unos que viajaban por Sudamérica, dónde esta Madeira??, pues bien, Madeira está en Portugal y Pablo cree que sería bueno (por no decir, que le quitaría trabajo) que yo continuara escribiendo en el blog de vez en cuando, comentando el otro lado de la moneda. Él escribe de la vida padre que se pega en Sudamérica y yo escribo de lo divertido que es buscar un trabajo en Madrid, en época de crisis y con un currículum tan vacío que cuando oígo aquello de que el currículum no debe ocupar más de una cara pienso: ¿¿tanto??. Asi que mientras la mayoría no opine que es un rollo leer mis experiencias por aqui, por la Madre Patria (como la llaman en Perú, muchas veces con tono sarcástico), de vez en cuando escribiré alguna entrada. Los comentarios es el lugar idoneo para que opinéis y descarguéis vuestros ánimos o desprecios a esta idea, ¡¡quizás esta vez consiga una gran cantidad!!

La semana en Madeira comenzó con un desfile de modelos. Sé que es raro tratar de imginarse a Jozzze, Pascu, Rodrigo (más raro aún para todos aquellos que no los conocéis) y a mí metidos en el lugar de la moda por excelencia, la pasarela por la que desfilan las ideas más brillantes de los grandes diseñadores, ideas tan brillantes que rara vez las vemos por las calles. Pero después de 8 meses viendo de todo y viajando con Pablo, que me ha enseñado a apreciar y tener ganas de conocer todo aquello que nos es ajeno, por muy raro que sea o aburrido que parezca, me encontraba preparado para presenciar semejante evento. Y no nos arrepentimos, creo que hablo por todos, porque lo pasamos genial riéndonos de los modelitos de los modelos (el empanao, el hermano del empanao y el resto de sus colegas), y disfrutando de los bonitos zapatos de las modelos y, por qué no, de alguna que otra transparencia.

Pero una de las cosas más divertidas del espectáculo fue la entrada al recinto. Como si nos encontráramos en la mismísima puerta del Corte Inglés de la Puerta del Sol el día en que comienzan las rebajas más anunciadas del siglo, todos esperabamos, aplastados contra las puertas, a que dieran el pistoletazo de salida. Una vez dada la señal empujones, codazos y seguro que alguna que otra zancadilla (allí el juego sucio no estaba prohibido) para poder coger el mejor sitio o por lo menos evitar quedarse de pie durante más de dos horas que duraba el desfile. Nosotros conseguimos unos de los mejores asientos, cerca de la pasarela y con vistas a la entrada de los vestidores que nos permitió ver como echan a correr las modelos una vez terminan de desfilar, para ponerse de nuevo otro modelito, y como alguna terminó llegando a gatas a su camerino porque no fue capáz de levantarse tras el trompazo; carreras y tacones no siempre congenian.

Además de ver caminar a las chicas por la pasarela nosotros mismos hicimos nuestras propias caminahadas por las montañas de la pequeña isla, que son uno de sus grandes atractivos. Puedes pasar del nivel del mar a los 2,000 metros en cuestión de 20 minutos en coche (o corriéndo mucho), y las vistas son espectaculares. Los caminos por los que andamos quizá estaban demasiado preparados, pero es de suponer que pretenden hacer accesibles sus montañas a una gran cantidad de público y, al mismo tiempo, preservar las montañas evitando que la gente se meta por cualquier lado.

Lo que más disfruté de la isla fue la tranquilidad de estar en un sitio donde puedes pasear tu cámara con alegría y puedes andar por la noche como si anduvieras por tu casa, tranquilidad de la que me había visto privado desde aquel encontronazo con las pistolitas, como me dicen por Madrid: "a ver, cuéntame otra vez como fue eso de las pistolitas", debí contarlo con mucha gracia porque he notado un cierto cachondeito por aqui. Como decía Pablo, y con toda la razón del mundo, lo que pasó fue un hecho aislado que no tenía porque repetirse en mucho tiempo, pero a mi me resultó muy difícil olvidarlo durante el tiempo que anduve por allí. En Madeira, en cambio, me relajé de tal manera que tras el desfile de moda estuvimos conociendo la mitad de los garitos de Funchal hasta las 9 de la mañana, una de las mejores fiestas en muchos años.

Y como Madeira tampoco es tan grande y todo lo bueno se acaba, pasada una semanita volvimos a casa, esta vez por algo más de tiempo. Momento de empezar aquella vida que planteé cuando anuncié que me volvía a España, para los más incrédulos, todos aquellos que me preguntan que cuándo me vuelvo a marchar, ya he echado mis primeros currículums por Internet, y debe ser verdad que el trabajo en España está mal y que hay crisis, porque ya han pasado 24 horas y los únicos trabajos que he recibido a través del móvil son los de mi madre: ¿te acordarás de comprar el pan y los tomates?, pero bueno mientras me siga remunerando por ello a uno no le preocupa que le llamen el chico de los recados.

Carlos

PD: ya que Pablo prefiere mantener su cara oculta y por eso no nos muestra fotillos he colgado en la página una nueva colección: Continente Europeo. Ahí colgaré algunas fotos que ya he hecho o que iré haciendo, de momento podeís encontrar las de Madeira y así ponerle cara a Pascu (el rubio), Rodrigo (el de la chaqueta completamente roja) y Jozzze (el indescriptible o el otro).

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Gran viaje!!! uno de los mejores... y tranquilo Amore tarde o temprano encontrarás trabajo...fijo!

Unknown dijo...

También para mí fue uno de mis mejores viajes.
Estaba todo planeado: playa, buceo, bici, quads, buen tiempo... bueno, faltó todo esto, pero el viaje fue increíble!

Martín, echa algún currículum por Madeira, lo mismo hay suerte. Yo prometo ir a visitarte!!

Enrique dijo...

Menudo trío... Tenéis más peligro que un repartidor de golosinas a la salida de un colegio...

Por lo que me han contado, inmenso el viajecito e... A ver si planificáis otro y me puedo apuntar.

Pues nada redactor europeo, suerte con la búsqueda de curro (hemos pasado de buscar el efecto Coriolis a buscar trabjao :-S ).

Que vaya bien. Ciao!!

P.D: Recuerdos pa' ti, Pablito!!

Unknown dijo...

Cuando he leído lo de “La Madre Paria” con ese rintinintin que dices, he recordado una conversación con un alumno sudamericano de raíces indias profundas. Era consciente por las conversaciones mantenidas con la gente de Costa Rica que mucho aprecio no se nos tiene a los españoles por esas latitudes por mucho que a lo largo de la historia no hayan contado en la escuela. ¿Que distintas son los relatos de la época colombina contadas aquí o relatadas allá?
Pero entremos en la cuestión. Mi curiosidad me llego a pedirle que se sincerase y nos diera la imagen que su pueblo tenía de los españoles. Fue contundente. UNOS ASESINOS.
Un abrazo tu tío paco (negrita)

puly dijo...

Carlos, me parece estupendo que sigas escribiendo en el blog.. estes dónde estes, al fin y al cabo lo creasteis los dos y os pertenece por entero y somos nosotros quièn queremos recibirlo de vosotros.
El viaje NO HA TERMINADO! estes ahora buscando trabajo o estes de recadero....y tengas fines de semana para salir fuera, seguiras siendo el blogista que iniciasteis.. Un besazo muy fuerte y seguid teniendo ratos de ocio y diversión con los amigos, etc..

Unknown dijo...

Pablo!!! me dirijo a ti que a Carlos le tengo aquí al lado...cuéntanos qué tal esa salsa rica colombiana!! Y apoyo la idea de que escriba Carlitos de vez en cuando. Un abrazo

Anónimo dijo...

Carlos, corazón, ¿de verdad que tu madre te paga por comprar pan y tomates?