lunes, 2 de junio de 2008

Rebelde añoranza

La Serena (Chile), 1 de junio de 2008

Uno de junio. La fecha parece adecuada para un cambio de tercio. Un borrón y cuenta nueva. El inicio de un nuevo capítulo en esta historia de backpackers errantes. Los comienzos a menudo me parecen excitantes y suelo afrontarlos con alegría. Los finales, en cambio, en ocasiones son tristes. El recogimiento y la intimidad personal que provoca estar sentado en el autobús mirando desde la ventanilla cómo adelantamos nubes, montañas y árboles siempre me hacen reflexionar. Es el mejor momento para que tomen cuerpo las ideas o sensaciones que luego intentaré plasmar en mi diario o en el blog. Ni siquiera la resaca que oprime mi cabeza nubla mis pensamientos, que fluyen a ritmo de bachata o de chill out, según le parezca al modo aleatorio de mi móvil.

Sin duda, éste no es un inicio alegre. Después de tres semanas en Santiago se hacía, no obstante, necesario. Durante este periodo hemos dejado de ser mochileros y nos hemos convertido en estudiantes de intercambio. Fieles a lo que esto representa, no hemos abierto un libro, hemos hecho un poco de turismo, hemos perreado otro tanto y, sobre todo, hemos convivido con gente de la que ahora se hace duro despedirse.

Las horas pasadas en compañía en el hospital, en el salón de casa, en las calles de Santiago, en los bares o en las discotecas han sembrado una semilla de amistad y afecto que el contacto diario se ha encargado de regar. La confianza y la complicidad que sólo el tiempo puede edificar, y para nosotros tres semanas es mucho tiempo, sumergen en un abismo de superficialidad las tópicas conversaciones de viajeros: el quién eres, de dónde vienes, adónde vas ascienden nuevamente hasta la punta de nuestras lenguas dejando un cierto sabor amargo al pronunciarlas. Se acabaron hasta nueva orden las confesiones fraternales o el ejercer mi asumido rol de hermano menor a pesar de ser dos años y medio mayor que Nuria.

En este 1 de junio tengo una sensación de abrupto despertar. La alarma de un despertador emite un estridente sonido que me levanta a regañadientes de un cómodo y agradable lecho: el de la casa de Nuria. Hay que desperezarse y continuar, es hora de empezar un nuevo día, una nueva etapa en el viaje que apunta hacia el norte de Chile por La Serena, Antofagasta, San Pedro de Atacama, Iquique y Arica. Me gusta cómo suena me gusta el que seguramente visitemos también otras ciudades y desdeñemos algunas del borrador original. Me alivia también el levantar el sitio al que habíamos sometido al salón y a la habitación de Nuria con el paciente consentimiento de los legítimos inquilinos, pero un último coletazo de rebeldía se resiste a que pase totalmente de página: la rebeldía de la añoranza.

Pablo

6 comentarios:

Anónimo dijo...

En tus palabras se palpa esa ensalada de tristeza y alegria de una etapa con raices familiares. De esa salsa que poseen todos esos viajes con cierta ruta preparada sobre el borrador pero que los acontecimientos van cambiando y solo al final uno puede valorarlo. Pero que en muchos casos no tienen nada que ver con ese borrador. Pero suelen ser los condimentos para convertirse en uno de los ingredientes que hacen tan interesante ese plato no esperado.
Es cierto que cuando uno no acampa demasiado tiempo en un sitio no le cuesta tanto abandonarlo pero si que quedan pequeñas raices que luego las recordareis tanto o mas que las que cogieron mejor en vuestro interior.
Bueno querido sobrino no quiero ser pesado pero quiero que sepas que estoy disfrutando con vuestro viaje. Por las fotografias. Por vuestros escritos. Por vuestras confresiones adornadas de palabras, de frases describiendo o transmitiendo sensaciones.
Un abrazo de tu tio
PACO (negita)

puly dijo...

Me congratula las reflexiones de Negrita, hacia vosotros, ¡TOTALMENTE DE ACUERDO!, habeis cerrado nueva pag, sin q eso signifique, cerrarlo en vuestro corazón...
Como decis os habeis desperezado...para dar abertura a otros nuevos rumbos que de seguro os aportaran nuevas y ricas experiencias . Buen viaje y hasta nueva pag blog...Un besazo y ¡CUIDAROS!

Anónimo dijo...

Por una vez, y sin que sirva de precedente, alabo el estilo de Pablito. Por dos motivos: es una entrada breve y me satisface pensar que lo has escrito con resaca.
Me alegro de que Nuria esté bien y de que vosotros ya estéis de nuevo en marcha. Supongo que ya sabrás de la hazaña de Contador, al igual que la de "mi amigo" Gasol.
Sigo echando en falta que me comentes tus estrellitas... Por cierto, este verano me voy para Italia, en un viaje "casi tan a la aventura como el vuestro", jajajaja... casi nada. A ver si hablamos de un par de cosillas, rubia.
Ahh, podía plantear a los de la uni que nos fuéramos de casa rural a Chile, ¿no?

Anónimo dijo...

Que pasa Pablete... lo vuestro es como hacer un viaje nuevo cada 2 o 3 semanas... tiene que ser un poco duro despedirse de la gente... pero bueno pronto conocereis a otra... por cierto tu colega el Contador el que fuimos a ver en la vuelta de España, en Rivas parece que es un puto crack.. y otra cosa.. eso de las semillitas de amistad va con segundas? jajaja

Enrique dijo...

Es complicado despedirse de la gente que quizás os ha hecho sentir otra vez como en 'casa' y con la que habéis podido intimar más de lo habitual en lo que va de viaje. Ánimo y pensad que es ese espíritu el que os ha llevado hasta allí! Besos para los dos!!

Anónimo dijo...

Quizá el sentimiento fuerte.
El enamoramiento insondable.
Vivir es sentir.
Ser nómada o quedarse en algún lugar. Todo cabe y la vida sigue.
Santiago de Chile, una fuerte impresión en los viajeros